22,689 Visitantes
La producción agrícola debe aumentar alrededor de 50% para 2050, por lo que “se vuelve necesario contar con más agricultores que promuevan las prácticas agrícolas sostenibles, que garanticen seguridad alimentaria, y hacer frente al cambio climático de mejor manera”, de acuerdo con el Mtro. Alfredo Flores, CFO para Yara México, durante el webinar “Agricultura Sostenible, el Futuro en América Latina”, presentado por Yara México.
Por su parte, el Lic. Juan Carlos Anaya, Director General de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, mencionó que México ha hecho una tarea importante en el sector agropecuario, “desde 1994 México producía 145 millones de toneladas, hoy estamos estimando que para el 2023 llegaremos a 290 millones de toneladas sin contar con el sector pesquero, ahí hablamos de la producción de granos, de frutas y hortalizas donde México es una potencia”.
No obstante, aclaró que nuestro “talón de Aquiles” lo representan granos y oleaginosas, cuya producción no ha incrementado en la forma en la que el consumo lo está haciendo, “solamente estamos produciendo el 52% de lo que consumimos”.
Abasto de productos básicos representa un reto
Por su parte, el Dr. Felipe de Jesús Legorreta Padilla, Director General de Capacidades y Extensionismo Rural de la Secretaría de Agricultura, comentó que la política pública va orientada a la autosuficiencia agroalimentaria, y explicó que pese a que existe un déficit muy fuerte en el tema de granos y oleaginosas, es importante que primero se asegure la canasta básica.
Añadió que otra tarea pendiente la representa mejorar el ingreso de los productores, “porque de las aproximadamente 4,5 millones de unidades de producción, 3 millones son pequeños productores con escaso uso de tecnología, asistencia técnica, financiamiento”, entre otros aspectos.
Sobre este tema, el Mtro. Marcos De Romedi, Director Comercial para Yara México, comentó que el desafío que tienen las compañías multinacionales para apoyar a los productores tiene que estar direccionada a una visión que no solamente se base en el insumo, sino también en los procesos.
Añadió que desde Yara se trabaja en transmitir conocimientos y buenas prácticas en la nutrición de cultivos con los agricultores, para poder lograr que no solamente aumenten su productividad, sino también su rentabilidad como empresa.
“Y como compañía de nutrición de cultivo vemos que este tipo de herramientas digitales que hoy tenemos a nuestro alcance pueden mejorar las prácticas de fertilización y nutrición”, “mirando un poco más allá de la nutrición elemental podemos lograr aumentos del rendimiento y de la rentabilidad del cultivo de hasta un 16% extra de ganancia por hectárea”, afirmó el directivo.
Panorama agrícola, lleno de contrastes
El Ing. José Antonio Tiburcio Blancas, Director de Innovación New Adventures y Pequeños Agricultores para Latinoamérica en BAYER Crop Science, señaló que una palabra que define el panorama agrícola de Latinoamérica, y en particular de México, es “contraste”, debido a la enorme diferencia que existe entre los productores de primer nivel, que usan la última tecnología posible, y aquellos –principalmente en el sureste de México– que aún utilizan técnicas de siembra del siglo pasado.
“Si no somos capaces de ayudar a que ese pequeño agricultor que hoy está rezagado, se ponga a la par, esa distancia entre el tecnificado y el no tecnificado se va a hacer más grande”, dijo.
En este sentido, Alfredo Flores señaló que lo que funciona es que todos los miembros de la cadena de valor tengan la misma visión, y compartan la responsabilidad, la cual tiene un mismo objetivo, el cual es generar rentabilidad y productividad.
Añadió que en Yara se tiene ese tipo de trabajo y ese tipo de alianzas con Bayer, que al final tienen el mismo enfoque, “poner al trabajador agrícola en el centro de la lupa” con el objetivo de impulsar su participación, fomentar que el uso de productos en el campo sea distinto, así como una mayor productividad, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la producción de más alimentos.
Juan Carlos Anaya afirmó que los productores lo que necesitan es tener asistencia técnica, tecnología y acceso a semillas mejoradas, no necesariamente genéticamente mejoradas, sino más bien variedades híbridas. Además de la eliminación de algunas ideologías y el aprovechamiento de las ventajas.
Felipe de Jesús añadió que el eslabón de la producción primaria es el más débil, por lo que para ellos ha sido un reto integrar a los productores de manera organizada. Agregó que se debe procurar que los productores “salgan de esta autosuficiencia”, y puso como ejemplo la caficultura mexicana, la cual pasó –en los últimos 20 años– de ser de una actividad de subsistencia a tener una gran integración en las cadenas de valor.